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domingo, 1 de noviembre de 2015

Mejoramos los Test BAER con Nuevo Equipamiento

Desde ahora pasamos a realizar los test de audición de forma mas precisa si cabe y mas rápida.
Mediante equipo Inteligent Hearing Sistems podemos realizar un test básico en algo menos de tres minutos para ambos oídos y todas las intensidades necesarias

.
También hemos mejorado la presentación de los mismos mediante el software IHS.
Compruebe mejor y mas rápido sus cachorros y reproductores, mejore sus mascotas respecto a la competencia y certifique su audición mediante Servicios Veterinarios especializados....
Les esperamos en el Hospital Clínico Veterinario Compluetense...

sábado, 17 de octubre de 2015

¿Donde realizar el Test?

El test lo realizamos en el Hospital Clínico Veterinario, de la Facultad  de Veterinaria de la UCM.
Se puede obtener cita llamando al teléfono 913743755.
También de modo excepcional de pueden realizar a domicilio (baer.veterinaria@gmail.com)

viernes, 16 de octubre de 2015

¿En qué consiste y para que se usa el diagnostico BAER?

BAER

Estas siglas son de origen inglés, realmente significan Respuestas evocadas auditivas de tronco cerebral. Dicho de otro modo, consiste en visualizar la respuesta en el cerebro ante el sonido.
Por lo tanto es fácil de comprender; si ante el sonido no hay respuesta BAER, el que el individuo no puede oír.

En el siguiente texto, intentamos  explicar algunos aspectos de esta técnica diagnóstica aplicada a la Medicina Veterinaria.




 1.- ¿Son frecuentes los problemas de audición en las mascotas?
Lo cierto es que no hay estudios sistemáticos en España sobre el hecho. Si nos referimos a estudios realizados en otros países, los resultados son diversos y tampoco están muy sistematizados. Algunas cifras  son llamativas: por ejemplo, aproximadamente un 30% de Dálmatas pueden sufrir algún grado de sordera.  Otras razas muy predispuestas son el Cataholula Leopard Dog (40% de afectados) o el Bull Terrier (20% de incidencia),  sólo por mencionar algunas razas.
El  problema  no tiene una solución sencilla, ya que el diagnóstico preciso de la sordera no es una metodología extendida en la clínica. Los métodos cualitativos, como la respuesta a estímulos sonoros, llamadas de atención con sonidos, alteraciones del comportamiento, no son fiables ya que dependen de factores ambientales y del carácter del paciente y propietario.
En cuanto al diagnóstico exacto del grado, localización y etiología de la sordera, prácticamente no hay datos, ya que las clínicas o centros donde se realizan los test cuantitativos de audición necesaria para este diagnóstico son muy escasos.
 2.- ¿Cuáles son las causas de la sordera en animales de compañía?
Tampoco aquí se pueden dar datos indiscutibles. Los motivos por los que se puede llegar a una sordera son múltiples. Si tenemos que hacer una clasificación sencilla, las causas se pueden resumir en dos grupos, las sorderas adquiridas y las sorderas genéticas o heredables.


Corte de los huesos que rodean la coclea

Dentro de las adquiridas, el origen suele estar relacionado con enfermedades que afectan al oído medio o interno, es decir las otitis medias o internas, que cursan con inflamaciones agudas y/o crónicas del conducto auditivo, tímpano u oído medio y cuyas causas pueden ser traumáticas, infecciosas, parasitarias, tumorales o inmunomediadas, La afectación del conducto auditivo y del oído medio puede agravarse y acabar afectando de manera más o menos severa al oído interno,  produciendo problemas auditivos (por afectación de la cóclea) y vestibulares, e incluso neurológicos. Otras sorderas adquiridas serían las tumorales. Las tumoraciones del pabellón, conducto auditivo e incluso las invasivas del oído medio, producen condiciones inflamatorias e infecciosas asociadas que acaban desencadenando otitis y a menudo sordera. Ciertas tumoraciones intracraneales,  o nerviosas del VIII par pueden afectar a la audición, también tumores primarios cerebrales o metástasis de tumores localizadas en el encéfalo pueden llegar a afectar entre otras cosas la audición.





Mención aparte son los problemas, no siempre bien conocidos o tenidos en cuenta, de ototoxicidad. Ciertas familias de fármacos como los antibióticos aminoglicósidos (gentamicina, kanamicina y afines), antitumorales, diuréticos, antiparasitarios, ácido acetil salicílico y algunas formulaciones limpiadoras o antisépticas administrados localmente cuando no hay tímpano íntegro, pueden llegar a producir sordera transitoria o permanente. La lista de fármacos es extensa y por supuesto la pérdida de audición del paciente es un problema colateral, que no deja de ser un mal menor ante la gravedad de la patología que se está tratando. Por lo tanto podemos considerar también las causas iatrogénicas, como una etiología posible e irremediable ya que la solución clínica o quirúrgica de algunos de los problemas descritos producen irremediablemente sordera como efecto colateral. No podemos olvidar dentro de las causas adquiridas la presbiacusia o pérdida de audición por envejecimiento. Este provoca la degeneración o falta de elasticidad de las estructuras del oído, conducto auditivo, tímpano, cadena de huesecillos, en definitiva una otoesclerosis por envejecimiento, que puede verse favorecida por un historial médico de patologías como las otitis, tratamientos medicamentosos de antibióticos etc.
Finalmente hay otra causa adquirida, que puede producir sordera en animales de compañía, guarda, caza, ambiente urbano o industrial, y que es la exposición al ruido crónico o excesivo. Ciertos niveles de ruido muy elevado o la exposición a ruido de intensidad media-alta de forma más o menos crónica, puede llegar a producir sordera total o parcial. Actividades como la caza, la guarda en zonas industriales y otras situaciones, pueden provocar este tipo de sordera

El segundo gran grupo de causas es el  Este es heredable (aunque no en todas las ocasiones ) y afecta de modo fundamental (aunque no siempre) a razas de perros y gatos en las que se dan capas de pelo sin pigmentación o con distribución en manchas, generalmente asociadas a zonas de piel sin melanina, totalmente rosada y en los que también pueden aparecer iris y retina sin pigmentación, los típicos ojos azulados de gatos o perros. Se podría decir que estos animales son “albinos a trozos”. La patología puede ser o no heredable porque existe un gen asociado a pigmentación. Si hay un alelo dominante en heterocigosis  (u homocigosis) que determina “color”, el animal no padecerá sordera. Hay alelos recesivos que determinan ausencia de color, en tres grados o tres alelos que determinan mayor o menor perdida de color. Esta situación se da en razas muy presentes hoy por hoy como  Bulldog Francés e Inglés, Bull Terrier, Dálmata, Dogo Argentino, Setter Ingles, Cocker, Pastor Australiano… gatos como Bosque de Noruega, Maine Coon o Persa, por mencionar algunos, están predispuestos a padecer sordera hereditaria. Pero se mencionan más de 90 razas de perros y gatos en los que se describe la sordera por causas genéticas.

Los cachorros de  estas razas predispuestas no nacen sordos, pero al ir acabando su desarrollo orgánico extrauterino  y hacia las cuatro semanas de edad, se considera que su oído está maduro desde el punto de vista de umbrales de audición y de frecuencias. Habría pequeñas diferencias temporales según autores (de 2 a 4 semanas), pero las cuatro semanas es un periodo lo suficientemente largo para haber dado tiempo de sobra a  aquellos animales predispuestos, a que pierdan audición.
Si es difícil detectar en un animal adulto una pérdida de audición, imagínense en un cachorrito que está en periodo de educación. Esto pasa casi absolutamente desapercibido hasta que el propietario se ve con un cachorro muy crecidito y  problemas de educación y obediencia. “El perro no me hace ni caso” es una frase que se repite en estos casos sin excepción.



“Las sorderas pueden ser de origen genético (y por tanto heredables) o adquirido, por traumatismos o enfermedades que afecten  a alguna estructura del oído o a sus estructuras nerviosas  (infecciones, tumores, tóxicos, ruido o envejecimiento)”




2.1 El color del perro predispone a la sordera
Si, así es. Es una cuestión genética y también una cuestión anatómica y fisiológica. Intento explicarlo de una manera muy, muy resumida El órgano de la audición reside en la cóclea, que junto a los canales semicirculares que proporcionan el equilibrio, conforman el oído interno. La cóclea es un tubo  cónico, enrollado sobre sí mismo en varias espiras. Aunque está rodeado de hueso muy sólido,  es un tubo membranoso dividido en tres compartimentos rellenos de líquido. Dos de ellos, la Escala Vestibular y la Escala Timpánica están interconectados y rellenos de perilinfa, cuya composición es muy similar a la de otros líquidos orgánicos como el suero sanguíneo. Su misión es “sencilla”: transmiten las ondulaciones del sonido, recogidas por la oreja, conducto auditivo, tímpano y cadena de huesecillos, y las conducen al verdadero órgano de la audición, el Órgano de Corti, que se aloja en el otro tubo o compartimento independiente, la Escala Media. Aquí es donde entra en juego el tema del color de la mascota. La sustancia que produce la coloración de la piel, pelo y otros órganos pigmentados es la melanina, producida por los melanocitos. Están células contribuyen  al equilibrio bioquímico del líquido que rellena esta cavidad, la endolinfa, que hace posible que las células sensoriales de la audición,  las células ciliadas situadas en el Órgano de Corti, puedan nutrirse y mantenerse vivas.  La endolinfa es secretada y mantenida por una estructura fundamental en el oído, la Estría Vascular. Esta se mantiene en condiciones anatómicas y funcionales idóneas siempre que exista una cantidad suficiente de melanina en la zona para intervenir en su metabolismo. Si la melanina está ausente, como ocurre en algunas razas de animales, la estría vascular degenera y pierde su función, la endolinfa cambia sus características bioquímicas y las células ciliadas mueren de modo irreversible. Esto produce la sordera, que puede ser uni o bilateral, dependiendo de si la melanina falta en una o ambas zonas.  . Para este problema no hay solución posible y la pérdida del oído se produce entre la segunda y cuarta semana de vida del cachorro. De aquí la relación entre el color del animal y la sordera.

“los melanocitos y uno de sus productos, la melanina, que producen el color de la piel y pelo, son fundamentales para mantener vivas las células de la audición”

  
Aspecto microscópico de dos cócleas, en las que se encuentran diferencias morfológicas. En la estría vascular (1) se observa a la derecha una estría vascular normal en grosor frente a la misma  (una zona mas picnótica bajo el nº 1). Del mismo modo el Órgano de Corti (2) tiene un aspecto más estructurado y las células ciliadas presentes y bien organizadas, mientras que la foto de la izquierda presenta ausencia de células ciliadas y desorganización estructural de la membrana basilar y células de sostén de las ciliadas.



 3.- ¿Es un problema que se detecta de forma habitual y sistemática en la clínica diaria?
No, lo cierto es que no es habitual la detección y el diagnóstico preciso y cuantitativo de sordera. Se puede sospechar de ella, pero también es fácil achacar al paciente mal carácter, falta de educación, cambio de comportamiento, e incluso agresividad. En general la sordera se considera aún como un problema médico secundario de la mascota. Lo que se detecta mas que la sordera es su repercusión, concretamente la dificultad de comunicación entre el humano que cuida de la mascota  y ésta. No es algo que se note o se vea a primera vista, sólo se sufren las consecuencias de la difícil relación con el paciente y la falta de comunicación. Dependiendo de la edad a la que se produce la sordera puede aparecer un problema de dificultad de educación en el animal joven o bien cambio del carácter cuando la sordera es adquirida y el animal ya es adulto y ha sido educado con anterioridad.

 
      

El que el motivo de la primera visita de un propietario a la clínica sea la sospecha de que su mascota ha perdido audición no es muy habitual. Casi siempre se produce en situaciones muy concretas. En propietarios de perros o gatos viejos en los que aparece el fenómeno de envejecimiento auditivo, animales que han sufrido recientemente episodios relacionados con una otitis (menos frecuentemente una enfermedad sistémica grave), cuando el propietario de un cachorro de una raza predispuesta ve que al crecer presenta problemas de carácter o de educación. Podríamos incluir un  caso mas,  que sería el de un criador de una de las razas predispuestas, que quiere ir seleccionando los reproductores que menos descendencia de animales sordos produzcan para mejora de sus productos, o bien aquellos otros a los que su Club Canino o Felino, les exige para el estándar racial un animal libre de sordera. Esta última situación no es la norma y no siempre se exige esta condición. Sin embargo otros países europeos, sí que exigen animales libres de sordera para su importación con fines de reproducción o para que los animales participen en concursos.

 4.- ¿Cuáles son los métodos de diagnóstico más habituales? ¿Son fiables en todos los casos?.

En cuanto al diagnóstico, habría mucho de qué hablar. En muchos casos, el diagnóstico viene previamente realizado por el propietario, sobre todo si hablamos de una sordera adquirida en un animal ya mayor o en un adulto, en los que el comportamiento del mismo cambia de modo mas o menos brusco cuando se queda sordo. Basta con que haya tenido un periodo de educación o socialización previo, para que el propietario, cuidador etc.  se dé cuenta de ciertos cambios de actitud o comportamiento que indican que el animal puede no oír. Por ejemplo, un perro que deja de acudir a la puerta de una casa cuando tintineamos unas llaves, o que no acude como solía ante el sonido del motor de un coche  de un familiar, o que no presta atención a la apertura de una bolsa de golosinas, o que deja de acudir a saludar al dueño de una nave o recinto guardado, puede ser un indicativo claro de que algo le ocurre a su oído.
Luego se comienzan a realizar de modo casi insconsciente por parte de los propietarios pruebas sencillas, como someter al paciente a ruidos (bocinas, palmadas, silbidos) realizados fuera de su campo visual y valorar si el animal  atiende a ellos…. o solo lo hace parcialmente, o no en todos los casos… Estas tienen un valor relativo, ya que si la sordera de ambos oídos no es total  o sólo es sordo de un oído, estos métodos no arrojan prácticamente ningún resultado concluyente.
5.- Entonces … ¿ Qué tipo de diagnósticos deberían realizarse, y si son varios qué diferencias existen entre estas pruebas?
El diagnóstico exacto requiere de uno o varios métodos cuantitativos, son métodos basados en técnicas de electrodiagnóstico. Entre los más extendidos en veterinaria el primero con gran diferencia es la prueba de potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC en español o BAER [Brainstem Auditory Evoked Reponse] en inglés). Hay otros métodos que pueden complementarlos o sustituirlos, como las otoemisiones acústicas (OAEs),   los productos de distorsión otoacústica (DPOAES) o los microfónicos cócleares. El método BAER, es el más ampliamente usado en veterinaria, y nos da mucha información  de toda o casi toda la vía auditiva, incluida la transmisión neurológica del sonido a través del tronco cerebral.  Tiene un valor añadido fundamental respecto a las demás y es que permite la localización del lugar donde se produce la sordera; otra forma de clasificar las sorderas es por su lugar de origen. Las sorderas precócleares, cócleares o centrales tendrían etiologías completamente distintas y su abordaje clínico es también muy diferente.
Hay otras pruebas muy específicas, como los DPOAES, que sólo miden la actividad de las células ciliadas, los microfónicos cócleares que hacen hincapié en la correcta actividad del Órgano de Corti, las Impedanciometrías para ver la actividad o estado funcional del tímpano…. Pero como ya digo los BAER, son la prueba estrella, ya que a la vez es poco o nada invasiva (basta poner unas agujitas o electrodos adhesivos) y nos informa sobre toda la vía auditiva:
·         Nos indica si el sonido llega al tímpano y a la cóclea y si lo hace con una intensidad normal.
·         Si la Vía Auditiva responde con una intensidad normal o no (por ejemplo una acumulación de exudados o cerumen puede alterar esta intensidad, una rotura de tímpano, envejecimiento de las estructuras, tumores o hemorragias intracraneales…).
·         Nos indica si las células ciliadas y órgano de Corti tienen una actividad normal
·         También si el nervio acústico y vías ascendentes del tronco cerebral funcionan correctamente.

Por lo tanto nos permite deducir si la sordera es conductiva (desde el pabellón auditivo a la cóclea) o neurosensorial (problemas en la cóclea o vía nerviosa)

“Las pruebas diagnósticas de sordera más fiables son aquellas basadas en técnicas de electrofisiología”


7.- ¿Todas las posibilidades diagnósticas que comentas respecto al diagnóstico de sordera, han sido trasladadas a la clínica veterinaria y son exactamente los mismos que los utilizados en medicina humana?, ¿Son equiparables respecto a fiabilidad y eficacia?.
Todas o casi todas estas pruebas de audición son consecuencia de la investigación realizada a partir de la segunda mitad del siglo XX,  no sólo sobre animales sino principalmente en humanos. Se descubrieron como pequeñas alteraciones en el electroencefalograma humano, cuando este se veía sometido a ruido a la vez que se realizaba electroencefalografía. Más tarde con la implantación de la informática en medicina, se ha facilitado su perfeccionamiento, exactitud y extensión en medicina. Tanto los BAER como las OAE (o los productos de distorsión DPOAES) son básicamente iguales en técnica entre hombres y animales.  De hecho el diagnóstico se parece al realizado en medicina humana infantil. Ya que ambos campos de actuación tratan a paciente con imposibilidad de comunicación verbal. Por ejemplo, si un adulto humano se queja de sordera, seguramente será sometido a una audiometría. Se le ponen unos cascos, se le introduce en una sala insonorizada y se le dan instrucciones para que pulse un interruptor en función de si oye o no un sonido que controla un clínico. Es decir, se necesita la participación consciente del paciente humano. A un recién nacido o a un animal no le podemos preguntar o decir que apriete un botón si oye. Necesitamos saber si oye por otro medio en el que no tenga que intervenir conscientemente. La alternativa consiste en el registro de la actividad de su oído y vía auditiva. Esta actividad es una corriente eléctrica muy característica, incluso parecida entre animales y hombres, y aunque hay diferencias entre especies, el registro siempre responde a un patrón con forma de una onda con varios picos, normalmente entre 3 y 5, que aparecen unos cuantos milisegundos después de haber estimulado al oído (Ver figura 1).

              
Patrón de respuesta típico en especie canina, donde aparecen cinco picos de voltaje registrados en la vía auditiva, en los primeros 10 milisegundos tras  administrar un estímulo sonoro (línea azul). Cada pico se genera por la actividad de un núcleo de células nerviosas por donde pasa o se modula el estímulo eléctrico (I y II, cóclea y nervio acústico, III para los colículos inferiores B/ Información que se puede obtener sobre cada registro BAER: i) Las latencias de cada pico (se generan en distintas estructuras anatómicas de la vía auditiva) o tiempo en que aparecen tras el estímulo nos indican si la velocidad de propagación del sonido y de la electricidad producida en la cóclea es normal o no;  ii) Derivada de la latencia, las latencias interpico, nos informan del tiempo que tara el estímulo de llegar de un relevo a otro, es decir que nos informa de modo particular de en que lugar está el problema dentro de la vía auditiva; iii) La amplitud en voltaje de cada pico da una idea de la excitabilidad y número de células implicadas en cada estructura de la vía. C/- Esquema de la vía auditiva. La prueba BAER registra hasta los colículos inferiores.

En animales lo más habitual es que existan 4 ó 5 picos de los cuales el II y el III son tal vez los más marcados, mientras que en medicina humana, lo normal es que se encuentren al menos 3 picos principales, con el pico III bastante patente. 
Los picos aparecen a tiempos fijos después del estímulo y también entre ellos hay unas distancias temporales estándar (según las especies y tamaños). Es decir que son bastante similares entre los individuos de una misma especie. Por lo tanto, si estas ondas no contienen picos, o estos aparecen en tiempos anómalos, entonces el sentido del oído está funcionando mal. Son muy constantes, y disminuyen de amplitud y van apareciendo con un poco más de retraso de manera progresiva con la disminución de la intensidad del sonido que los provoca.  Cuanto más suave es el sonido, menor es la respuesta, de tal modo que cuando la intensidad s lo suficientemente baja, no aparece ninguna respuesta. A esta intensidad de sonido se la llama UMBRAL de audición, y se mide en decibelios (dB). Los decibelios son la medida de la intensidad de un sonido. Se puede decir que un animal tiene una audición normal cuando sus umbrales están entre -20 y 20 decibelios SPL (dB SPL, Sound Pressure level decibels), con umbrales mayores (según autores) ya se pueden considerar animales con hipoacusia o sordera en distintos grados.


   


6.- Con relación a la audición en el hombre y la comparación con nuestras mascotas, ¿cuáles son las  diferencias más importantes?.
Las diferencias “anatómicas”, aunque existen, no son muy relevantes y están bien delimitadas a pesar de que son muchas las especies con las que debemos tratar. Lo más normal es hacer test de BAER en perros y gatos, pero en la clínica veterinaria, pueden aparecer otras especies que necesiten estas pruebas, como caballos, ganado vacuno de alto valor genético, por supuesto animales de laboratorio o animales exóticos… entre todos ellos existen condicionantes y diferencias de respuesta según la especie, pero en la mayoría están bien descritas. El tamaño del cráneo, la cantidad de masa corporal que separa los electrodos situados en la superficie de cráneo del tronco cerebral y la propia estructura de la vía auditiva en el cráneo y cerebro, condicionan la morfología del registro. Incluso dentro de la misma especie, existen diferencias de patrones auditivos (diferencias en los trazados de BAER). Hay artículos que describen diferencias claras entre razas como por ejemplo San Bernardos y Chuihuauas (por irnos a dos extremos),  o diferentes estirpes de ratas o ratones ,etc. La prueba puede ser tan precisa que en medicina humana por ejemplo, los parámetros de referencia de amplitudes y tiempos (Figura…..) varían en milivoltios y milisegundos según se sea hombre o mujer.

La diferencia fisiológica más clara entre especies es que no todas escuchan las mismas frecuencias sonoras. Algunos animales escuchan frecuencias mucho más altas y/o mucho mas bajas que los humanos cuyo rango auditivo se encuentra entre 20 y 20000 Hz.  Gracias a la contribución de diferentes autores sabemos rango de frecuencias en las que oyen diferentes especies animales y podemos compararlas con la especie humana

7.- Con relación a la audición en el hombre y la comparación con nuestras mascotas, ¿cuáles son las  diferencias más importantes?.
Las diferencias “anatómicas”, aunque existen, no son muy relevantes y están bien delimitadas a pesar de que son muchas las especies con las que debemos tratar. Lo más normal es hacer test de BAER en perros y gatos, pero en la clínica veterinaria, pueden aparecer otras especies que necesiten estas pruebas, como caballos, ganado vacuno de alto valor genético, por supuesto animales de laboratorio o animales exóticos… entre todos ellos existen condicionantes y diferencias de respuesta según la especie, pero en la mayoría están bien descritas. El tamaño del cráneo, la cantidad de masa corporal que separa los electrodos situados en la superficie de cráneo del tronco cerebral y la propia estructura de la vía auditiva en el cráneo y cerebro, condicionan la morfología del registro. Incluso dentro de la misma especie, existen diferencias de patrones auditivos (diferencias en los trazados de BAER). Hay artículos que describen diferencias claras entre razas como por ejemplo San Bernardos y Chuihuauas (por irnos a dos extremos),  o diferentes estirpes de ratas o ratones ,etc. La prueba puede ser tan precisa que en medicina humana por ejemplo, los parámetros de referencia de amplitudes y tiempos (Figura…..) varían en milivoltios y milisegundos según se sea hombre o mujer.
La diferencia fisiológica más clara entre especies es que no todas escuchan las mismas frecuencias sonoras. Algunos animales escuchan frecuencias mucho más altas y/o mucho mas bajas que los humanos cuyo rango auditivo se encuentra entre 20 y 20000 Hz.  Gracias a la contribución de diferentes autores sabemos rango de frecuencias en las que oyen diferentes especies animales y podemos compararlas con la especie humana:

Casi todas las especies de compañía o abasto, tienen un rango más amplio de frecuencias audibles que la especie humana. La mayor sensibilidad auditiva de todas ellas se sitúa en el tercio medio de este intervalo más o menos.  Hay una gráfica “clásica” (Figura 3)  publicada Strain G.M. donde se pueden ver los audiogramas de diferentes razas de perros a diferentes frecuencias de sonido. El audiograma es como “el resumen” en forma de gráfico de la agudeza auditiva de un paciente a distintas frecuencias sonoras.


Esta diferencia supone un handicap en el diagnóstico e investigación de la audición en animales, ya que como hemos visto, las frecuencias que escuchan superan con creces los típicos 20 KHz que pueden reproducir casi todos los altavoces o auriculares de sonido de gama media del mercado. De modo que salvo que dispongamos de altavoces especiales, solo podremos realizar audiogramas parciales, dejando sin explorar las frecuencias más altas de las especies animales. Esto es claramente diferente en los humanos ya que los rangos de frecuencias explorados y que son las principales para hablar, oír y comunicarnos verbalmente, van aproximadamente de 250 Hz a 8000 Hz (frecuencias de nuestra habla). Esta frecuencias son muy bajas para casi todos los animales de compañía y no son las que se afectan con más frecuencia en las sorderas por ototoxicidad, o en condiciones de envejecimiento. Es por ello por lo que los animales tienen que tener una gran presbiacusia o una sordera ototóxica severa para dejar de poder oírnos. En resumen, teniendo en cuenta que en el mercado existen poquísimos equipos “especializados” en BAER para animales, resulta muy difícil poder realizar estudios completos y por frecuencias concretas. Normalmente se realizan estudios con sonidos multifrecuenciales (clicks) que estimulan por igual todas las células cócleares[1].
“Las diferencias fisiológicas y de audición en diferentes especies animales, son muy acusadas entre si y también respecto a las humanas. A pesar de ello el diagnóstico BAER, está perfectamente tipificado en muchas especies y resulta válido para el diagnóstico y cuantificación de la hipoacusia”.


 8.- ¿Porque es tan importante su detección precoz?. ¿Se le está prestando la importancia debida por parte de los criadores y propietarios en estas primeras etapas de vida?
Aunque para las especies animales  que hemos mencionado, el sentido del oído no es el principal apoyo sensorial dentro de un medio natural y salvaje, ya que  se apoyan mucho mas en el olfato o la vista para recibir información y socializar con sus congéneres, cuando domesticamos a estas especies y las ponemos en un entorno humano, el sentido del oído cobra mayor importancia, ya que el humano se comunica con su mascota mediante el sonido principalmente. Por lo tanto si el animal no oye bien o no oye nada, el humano se ve en dificultades para educar al animal o que este responda a órdenes. Esto no es tan sencillo, porque siempre se introducen otros tipos de lenguaje, visual o de contacto entre propietario y mascota, pero en cuanto a términos de llamada de atención, control a distancia y órdenes, el lenguaje humano y por tanto el oído en la mascota tiene un papel protagonista.


Cachorro del Criador "De la Blanca Azalea"

¿Qué ocurre cuando un cachorro de perro no oye? Pues sencillamente que el periodo de educación o entrenamiento de las primeras semanas o meses resulta complicado o infructuoso, porque en cuanto el perro pierde contacto visual o físico  con nosotros, queda “fuera de control”, no es capaz de responder ante nuestras llamadas, ni responder ante ruidos de un entorno humano que pueden representar peligro, como por ejemplo el tráfico. El resultado es que la relación de la mascota en estas situaciones con sus propietarios y con el entorno que le rodea se altera y el carácter y comportamiento del animal va cambiando en función de sus experiencias y “personalidad”. Podemos tener animales muy difíciles de controlar, muy nerviosos y “desobedientes”, incluso agresivos que reaccionan desproporcionadamente ante cualquier estímulo, pero también tenemos animales muy retraídos y asustadizos. Todo dependerá de un conjunto de situaciones externas y del propio carácter del animal. Del trabajo y responsabilidad del propietario dependerá también en muchas ocasiones el resultado y destino final de la mascota; en ocasiones el propietario no podrá o querrá afrontar esta relación especial y otros harán lo posible por educar al perro en esta situación “anómala”.
“Es fundamental la detección temprana de la sordera en animales de compañía para evitar problemas de conducta o educación”

9.- ¿Deben por tanto los criadores involucrarse de una forma más activa en su detección y eliminación?. ¿Qué medidas propone para impulsarlo?
Creo que sí, que los criadores de estas razas predispuestas deberían hacerlo y de hecho algunos lo hacen. Esto sería fundamental para evitar los problemas mencionados antes. De hecho muchos criadores saben que las razas que crían son propensas a padecer sordera hereditaria y seleccionan los reproductores más adecuados para evitarlo. Otros además de la responsabilidad como criador para la mejora genética de sus productos, o el reglamento de sus sociedades canina o felina, se ven obligados si quieren participar en exposiciones o concursos que exigen certificados de audición normal. También algunos mercados europeos requieren este certificado para poder exportar animales de estas razas predispuestas.    
Creo que deberían establecerse una serie de recomendaciones a la hora de reproducir y vender animales de razas predispuestas. Es un tema de difícil coordinación en el los Colegios Veterinarios, el Consejo de Veterinarios y las diferentes Sociedades y Clubes deberían adoptar algún tipo de acuerdo o reglamento, pero esto no deja de ser una opinión personal.
En cuanto a que medidas deberían tomarse, creo que sin duda la principal sería la prevención de este problema mediante la selección de reproductores libres de sordera. Pero esto sin duda causaría consecuencias económicas que no me atrevo a intentar valorar.
Desde el punto de vista veterinario ya estamos haciendo una pequeña aportación, ofreciendo el diagnóstico de sordera en animales en la Consulta de Electrodiagnóstico del Hospital Clínico Veterinario en la Facultad de Veterinaria de la UCM y emitiendo informes para cachorros y reproductores y animales enfermos con afectación auditiva, También estamos incluyendo en la formación de nuevos veterinarios, dentro de la Licenciatura y el Grado en Veterinaria algunos temas específicos en estas patologías y su diagnóstico, así como la aproximación de los métodos de electrodiagnóstico para el estudio no solo del oído sino de otros órganos y sistemas.
También estas pruebas se hacen en en el Servicio de Neurología del Hospital Clínic Veterinari (Universidad Autónoma de Barcelona) y nos consta que alguna clínica veterinaria privada ha comenzado a ofrecer estos servicios. Como en cualquier otro tipo de actividades y certificaciones veterinarias, estas pruebas deberían ser realizadas por profesionales veterinarios para aportar suficiente nivel de control sobre la calidad y veracidad de las mismas. Se necesitan ciertas garantías, conocimientos y regulación deontológica para emitir informes válidos.
Desde nuestra posición como Clínicos del HCVC y Docentes de la Facultad de Veterinaria de la UCM, ya estamos poniendo nuestro granito de arena en el diagnóstico clínico y la formación de alumnado para ello. Aun así,  la implantación de las pruebas y la penetración social e incluso profesional, aún no ha sido suficiente. Creo que medios de divulgación como el de esta publicación pueden ayudar mucho en la mejora de esta situación a pesar de no profundizar demasiado en aspectos técnicos del tema.
10.- ¿Cómo debería actuar el veterinario clínico en este tema, en su labor de asesoramiento al nuevo propietario de un cachorro?
Pues me permito recomendar alguna lectura especializada a mis compañeros como la del libro “Deaffness in dogs and cats, de Strain, G. M., George M. Strain, CABI , 2011”, donde podrán encontrar respuestas a las dudas que se les planteen ante un paciente sordo. Incluye un capítulo titulado “Viviendo con un perro o gato sordo”. Donde podrán obtener muchas respuestas y consejos.
Primero deberían realizar un diagnóstico de aproximación, intentando determinar si el animal es sordo del todo o no. La  sordera total es relativamente fácil de diagnosticar mediante test sencillos de estímulos sonoros fuera del campo visual, o en animales relajados o dormidos. Hay que tener cuidado porque aunque no nos oiga, si puede sentir vibraciones fuertes con órganos propioceptivos no auditivos o incluso oler presencias conocidas y cercanas. Con sorderas parciales o unilaterales el diagnóstico se complica y hay que recurrir sin alternativa al test BAER o al de Productos de Distorsión Otoacústica (DPOAE).
Una vez detectada la sordera y comprobado si es total o parcial la actuación depende del propietario. Si la sordera es unilateral el cachorro va a poder ser educado como cualquier otro, no va a influir prácticamente en su desarrollo social. Pero en caso de sorderas severas o totales, la educación del cachorro aunque posible, será más difícil. Todo tendrá que basarse en comunicación visual y con signos. La ayuda de collares de electroestimulación o linternas para llamar la atención visual del perro serán casi imprescindibles y la comunicación con el mismo deberá basarse en un lenguaje de signos. En EEUU, se recomienda el uso de unos códigos transformados del “American Sign Languaje (ASL)” debido a temas de estandarización. Otros entrenadores o incluso propietarios pueden inventar los suyos, aunque es recomendable partir de una base común para que el perro responda igual ante su propietario como ante otros humanos conocedores del lenguaje. Aun así salvado este escollo, los peligros de la ciudad, el campo o la industria, pueden hacer la vida del paciente un poco mas peligrosa (coches, maquinaria, obstáculos…) y hacer necesaria una muy estrecha vigilancia de por vida del propietario sobre su mascota. Esto le debe quedar muy claro al propietario. Tener una mascota nunca es un juego, implica un compromiso moral, civil y temporal largo, en el caso de un perro sordo los cuidados van a tener que ser un poco más intensos. ¿Está el propietario preparado para asumir esta responsabilidad?
11.- ¿Sabe si esta estandarizada algún tipo de garantía que proteja al propietario ante la adquisición de un cachorro con sordera congénita?
Bueno, creo que me pasa un poco como a todos, que el hablar de Leyes es siempre un poco comprometido, por sernos un tema bastante ajeno.
La sordera podría considerarse, y digo podría, un “vicio redhibitorio”. Una situación que a la compra del animal puede llegar a incapacitarle para su función, compañía, guarda, defensa, guía, caza… lo básico y lo que sabemos los veterinarios por nuestra formación en Deontología Veterinaria, es que existe un periodo después de la venta de un animal de 40 días para reclamaciones ante la “demostración de un defecto en el animal comprado, defectos incapacitantes o que impidan al animal hacer una función o vida normal”. Pero como toda ley hay excepciones y consideraciones que al final pueden llegar a una reclamación civil, un acuerdo privado etc. Lo que ocurre en mucha ocasiones es que una vez detectado el problema, el propietario ya se ha encariñado con la mascota y la situación legal se complica. Lo mejor es que los propietarios de cachorros a la venta, sepan exactamente lo que venden y en qué estado lo venden (no vender perros sordos podría ser una opción) y que los que quieren un cachorro de una de las razas susceptibles, exijan de algún modo la seguridad de que su perro no está sordo o estén dispuestos a afrontar este pequeño reto si se encuentran en esta situación con un cachorro sordo.
No creo que deba ahondar más en este punto ya que es un tema bastante espinoso y en el que no soy especialista. En cualquier caso siempre que se produzca esta situación, es recomendable asesoramiento legal especializado. En cuanto a la situación o destino de aquellos animales que padecen sordera y que o “no deberían ser vendidos” o “no deberían ser utilizado como reproductores”, creo que es un tema aún más complicado y que debería regularse desde el Consejo General de Veterinario, Colegios Veterinarios o Asociaciones de Criadores.

12- Para terminar,  ¿además de para el oído, existen pruebas equivalentes para otros órganos o sentidos?
Si, lo cierto es que hay pruebas basadas en principios similares, y no sólo para órganos de los sentidos, Por ejemplo la electroretinografía, diversos potenciales evocados, como los auditivos, visuales, somatosensoriales, incluso se está cuantificando la olfacción, el equilibrio etc. Generalizando se puede decir que todo órgano que  produzca electricidad o conduzca electricidad, puede ser valorado funcionalmente mediante técnicas de electrodiagnóstico. Todas requieren un suficiente conocimiento anatomofisiologico del órgano o sistema que valoran y unas adaptaciones técnicas para la medición de la actividad del mismo. Son complejas de aprender y poner en práctica, pero resultan de una enorme ayuda a la hora de valorar de un modo preciso un órgano sensorial o sistema orgánico. Por acabar con un ejemplo con el que también trabajamos; se puede valorar como los nervios periféricos y o la médula espinal conducen la electricidad proveniente de la función motora o sensitiva de un paciente, o la actividad muscular generada de modo voluntario o evocado en un músculo y de este modo diagnosticar desde enfermedades nerviosas degenerativas nerviosas o musculoesqueléticas hasta alteraciones traumáticas medulares o cerebrales. En fin, estamos ante un conjunto de técnicas que pueden resultar muy valiosas que siguen avanzando para hacerlas más exactas, rápidas y de más fácil ejecución.